Vendedores de Apocalipsis es un proyecto fotográfico que adquiere una narrativa propia para el formato de libro. El espacio editorial propone un camino sinuoso a través de la soledad y la desdicha; desde el egoísmo y la destrucción, como conductas propias de la hiper-modernidad. Las fotografías (analógicas y digitales) de Spairani coquetean con la muerte como si acaso la deseara e invita a situarnos frente a la vulnerabilidad absoluta. El ritmo del libro invita a habitar una atmósfera onírica, irónica y por momentos absurda, nublando la vista del observador hasta una despedida esperanzadora pero no necesariamente feliz. La secuencia de imágenes está diseñada para que el lector se enfrente solo a este paisaje distópico, interpelándolo ante el punto de vista que adopta Spairani como fotógrafo, produciendo un gesto sobre un mundo indeseable, pero real.
© 2020 Diego Spairani. Publicación autoeditada.
Diseño editorial, curaduría y prólogo: Mariel Szlifman.
Gestión de color: Santiago Tenenbaum.
Impresión: Punto Impreso.
Encuadernación: Ohja Encuadernaciones.
Diseño editorial, curaduría y prólogo: Mariel Szlifman.
Gestión de color: Santiago Tenenbaum.
Impresión: Punto Impreso.
Encuadernación: Ohja Encuadernaciones.
Características | Libro de 62 páginas a color.
Formato: 29 x 20,5 cm (abierto) – 14,5 x 20,5 cm (cerrado).
5 inserts impresos en cartulina gris de 7,3 x 20,5 cm.
Formato: 29 x 20,5 cm (abierto) – 14,5 x 20,5 cm (cerrado).
5 inserts impresos en cartulina gris de 7,3 x 20,5 cm.
Versión Libro de artista | Objeto limitado y firmado por el artista, encuadernación artesanal con caja.
Impreso en fine arts, papel Matte Fibre Hahnemühle - libre de ácido, 200 grs.
Impreso en fine arts, papel Matte Fibre Hahnemühle - libre de ácido, 200 grs.
“Viajo para conocer mi geografía”, apuntó Walter Benjamin en su Libro de los pasajes.
Diego Spairani es un viajante que colecciona el mundo. A través del formato analógico y digital, nos permite reconocer diferentes texturas de lo real, de ese mundo que se va disolviendo en el tiempo.
No se trata de una fotografía puramente documental, sino de un ojo inquieto que encuadra la realidad en busca de algo más. El paisaje no se ve reflejado icónicamente, sino que las tomas devienen en imágenes simbólicas que denotan una transformación en el proceso de captura relegando la idea del instante en la fotografía. Los trayectos recorridos son aprehendidos con distintas cámaras que imprimen en el soporte huellas, señales, rastros, pero pocos cuerpos. ¿Acaso no estamos todos un poco solos en este mundo distópico?
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Parte del texto del prólogo
Parte del texto del prólogo